Hola a todos, tanto tiempo! hace tiempo que busco tiempo para poder actualizar mi querido blog, pero ya sabéis, el tiempo no es algo que abunde ^^u y la mayor parte de mi tiempo libre la dedico al canal de youtube, que por cierto va fenomenal y se ha convertido en un gran proyecto personal. Evidentemente no todo lo puedo grabar y escribir, aunque escribo muy mal, es algo que tiene su encanto. Me gustaría ser una mejor escritora, pero siempre se me dieron mejor los números que las letras y entra puntos, comas y punto y comas a veces lo que quiero decir no queda muy bien. De todas maneras, el contenido se entiende (eso creo ^^u) y si no se entiende podéis preguntar que para eso está la sección de comentarios jeje. En fin no me enrollo y voy al grano (literalmente, que bromista soy), si si al grano del pan.
La Pan-acea
Hace tiempo que tenía ganas de aprender a hacer pan, hay una infinidad de panes que se pueden hacer, cada uno con sus secretos y técnicas y con sus cualidades especificas para cada ocasión, no es lo mismo un pan para una hamburguesa que un pan para acompañar una crema de calabaza. Cerca de casa tengo una panadería que hace unos panes que me hacen salivar de solo olerlos y la verdad es que me encantaría poder hacer algo tan rico. Hay algo en hacer pan que me produce mucha satisfacción, que un producto tan industrializado como el pan pueda hacerlo yo desde 0 y luego poder utilizarlo para tomar desayuno o acompañarlo con una sopa, me hace sentir... especial, quizás sea una chorrada, estaréis pensando, pero para mi es algo que me hace sentir bien. Y eso me lleva a esta entrada en el blog, he creado esta sección La Pan-acea, una panacea (por si no lo sabéis es un mítico medicamento que cura todas las enfermedades o, incluso, prolonga indefinidamente la vida. El pan seguro que no hace nada de esto, pero casi jajaja, así que aquí os dejo la primera entrada de mis aventuras y desventuras por el largo y entrañable mundo del pan, espero lo disfrutéis.
#1. Jugando con harina integral
Hace algún tiempo que se ha puesto de moda en España el pan de grano completo, cosa que ya era bastante conocida en otros países pero aquí las cosas llegan algo tarde ^^u. Algunos diréis, ¿por qué comer pan de grano completo? Habiendo una infinidad de panes exquisitos disponibles tanto en su formato industrial así como también el artesanal de las panaderías? Pues porque el de grano completo es más nutritivo, tiene más fibra y proteína que el pan normal y los azucares presentes en él se liberan más lentamente en el torrente sanguíneo, lo cual nos permite sentirnos llenos durante más tiempo. Lamentablemente en el mercado no existen panes 100% integrales, normalmente los que se hacen de llamar de grano completo, tienen una parte de harina integral y otra de harina normal, esto es peor que nada, así que es lo que compro. Pero me gustaría ir mas allá y por esta razón estoy en busca del santo grial de los panes 100% integrales, así que probaré unas cuantas recetas, escribiré mis conclusiones y luego haré experimentos hasta dar con la receta de pan 100% integral definitiva.
Para mi primer intento elegí una receta de una página muy interesante que encontré hace poco, se trata de la página de una marca de harinas americana que tiene recetas donde evidentemente te dice que utilices su harina. La verdad es que tiene buenas recetas y buenos consejos, así que me decidi a probar una de sus recetas de pan 100% integral. Os dejo aquí la dirección: http://www.kingarthurflour.com/recipes/classic-100-whole-wheat-bread-recipe
Me puse manos a la obra, aquel día teníamos puesta la calefacción en casa, así que sabía que no habría problema para que subiera la masa, en los días fríos normalmente lo que hago es ponerla cerca del radiador. La receta pedía leche en polvo y agua, yo no tenía leche en polvo, pero si pedía leche y agua evidentemente que podía poner leche líquida, así que sustituí el agua por leche líquida. Utilicé leche desnatada porque era lo que tenía en casa, comprar una leche entera solo para eso sería un desperdicio. La leche desnatada y la leche entera se diferencian por la cantidad de grasa que llevan, la entera tiene aproximadamente un 3,5% de grasa mientras que la desnatada tiene 0%. La grasa añade humedad a los panes y pasteles, con lo cual podríamos esperar un pan un poco más seco al utilizar leche desnatada. Ahora, teniendo en cuenta que la receta pide 1/4 de aceite vegetal, quizás esos aproximadamente 8 gramos de grasa que provienen de la leche no tengan demasiado impacto. El primer problema con el que me encontré fue que al acabar de mezclar todos los ingredientes, me encontré con una masa bastante pegajosa, si habéis hecho pan en alguna ocasión sabréis que la masa de pan no se pega a las manos. Según mis investigaciones la harina integral absorbe mucha más agua que la harina normal, por esta razón las recetas con harina integral necesitan una proporción de líquido mayor para que la masa pueda subir bien y obtener un resultado igual de esponjoso que con harina normal. Así que tuve que reprimir la necesidad de meter harina a diestra y siniestra en la masa, muy poco a poco y utilizando aceite en la encimera y en mis manos fui amasando la masa para que desarrollara el gluten. Luego lo deje descansar por lo que me pareció una eternidad, pero finalmente subió, no todo lo que me habría gustado de todas maneras. Luego le di forma tubular y lo puse en un molde de aquellos largos. Lo deje descansar otra vez un par de horas y para mi sorpresa subió todo lo que decía la receta que subiría, así que estaba contenta. Lo metí al horno y empecé a salivar cuando empezó a salir el olor del horno. El resultado? Un pan de molde sabroso, con el típico sabor de la harina integral, con un poquito de ese amargor que tanto me gusta, la melaza hizo su trabajo y le dio ese toque tan característico que tiene como a ahumado, un olor que sube por la nariz con cada bocado. ¿Cuál fue el problema entonces? La textura, aunque parezca que no es importante la textura juega un papel importante a la hora de valorar un plato. Evidentemente todo depende de lo que estemos esperando, yo lo que buscaba era un pan esponjoso, y que se mantuviera con forma. En cambio lo que obtuve fue un pan denso y que tendía a romperse en migajas. No penséis que fue un desastre, no, para nada, comimos y desayunamos con este pan durante el fin de semana pasado y disfrutamos como unos cerdos poniéndole mantequilla y sirope de arce o en su versión salada embutidos, tomate sucado y aceite de oliva. Simplemente mis expectativas eran otras, lo que estoy buscando es un pan un poco más esponjoso y que se mantenga unido al cortarlo. Que si utilizaría esta receta una vez mas? Y tanto que sí!! Me gustan los panes densos, como por ejemplo el pan de centeno alemán y este tiene eso, así que claro que lo haré en el futuro, aunque seguro experimento un poco con la receta para hacerle algunos ajustes. En fin, os dejo una fotito del pan y nos leemos en la siguiente entrada, que tengáis una buena semana, adiós!!